Hemorroides,También conocidas como hemorroides
Son vasos sanguíneos dilatados alrededor del ano que se producen tras un aumento crónico de la presión abdominal, como el estreñimiento crónico, la tos crónica, levantar objetos pesados y, muy frecuentemente, el embarazo. Pueden trombosarse (contener un coágulo de sangre), causar dolor, irritación y sangrado. Las hemorroides grandes se extirpan quirúrgicamente o se pueden tratar con ligadura. Las hemorroides externas más pequeñas a menudo se consideran demasiado pequeñas para este tratamiento, pero aun así pueden ser muy molestas. Se puede utilizar láser para reducir eficazmente la piel estirada sobre la hemorroide externa, así como el vaso sanguíneo subyacente. Esto suele realizarse mediante una serie de sesiones de láser en la consulta, de 3 a 4 meses, bajo crema anestésica tópica.
Las hemorroides se clasifican en cuatro grados, según su gravedad, para que puedan evaluarse más fácilmente para una posible cirugía.

Internohemorroides Aparecen más arriba en el canal anal, fuera de la vista. El sangrado es el síntoma más común de las hemorroides internas y, a menudo, el único en casos leves.

Las hemorroides externas son visibles y se localizan fuera del ano. Son venas cubiertas por la piel que se han inflamado y tienen un color azulado. Generalmente, no presentan síntomas. Sin embargo, cuando se inflaman, se enrojecen y duelen.

A veces, las hemorroides internas salen por el orificio anal al hacer fuerza para evacuar. Esto se denomina prolapso de hemorroides internas; suele ser difícil volver a colocarlas en el recto y suele ser bastante doloroso.

Cuando se forma un coágulo de sangre dentro de una hemorroide externa, suele causar un dolor intenso. Esta hemorroide externa trombosada se puede palpar como una masa firme y sensible en la zona anal, aproximadamente del tamaño de un guisante.

Fisura anal.Una fisura anal, un desgarro delgado similar a una hendidura en el tejido anal, puede causar picazón, dolor y sangrado al defecar. Para obtener más información, consulte.
¿Cuáles son los síntomas de las hemorroides?
Muchos problemas anorrectales, incluyendo fisuras, fístulas, abscesos o irritación y picazón (prurito anal), tienen síntomas similares y se les llama incorrectamente hemorroides. Las hemorroides no suelen ser peligrosas ni poner en peligro la vida. En raras ocasiones, un paciente puede presentar sangrado tan intenso que puede causar anemia grave o la muerte. En algunos casos, los síntomas hemorroidales simplemente desaparecen en unos pocos días. Pero en la mayoría de los casos, los síntomas hemorroidales eventualmente regresan, a menudo peores que antes. Aunque muchas personas tienen hemorroides, no todas experimentan síntomas. El síntoma más común de las hemorroides internas es sangre roja brillante que cubre las heces, el papel higiénico o la taza del inodoro. Sin embargo, una hemorroide interna puede sobresalir por el ano fuera del cuerpo, irritarse y doler. Esto se conoce como hemorroide protuberante. Los síntomas de las hemorroides externas pueden incluir hinchazón dolorosa o un bulto duro alrededor del ano que se produce cuando se forma un coágulo de sangre. Esta afección se conoce como hemorroide externa trombosada. Además, el esfuerzo, la fricción o la limpieza excesivos alrededor del ano pueden causar irritación con sangrado o picazón, lo que puede generar un círculo vicioso de síntomas. La secreción de moco también puede causar picazón.
¿Qué tan comunes son las hemorroides?
Las hemorroides son muy comunes tanto en hombres como en mujeres. Aproximadamente la mitad de la población las padece a los 50 años. También son comunes en mujeres embarazadas. La presión del feto en el abdomen, así como los cambios hormonales, provocan la dilatación de los vasos hemorroidales. Estos vasos también sufren una presión intensa durante el parto. Sin embargo, para la mayoría de las mujeres, las hemorroides causadas por el embarazo son un problema temporal.
¿Cómo se diagnostican las hemorroides?
Una evaluación exhaustiva y un diagnóstico adecuado por parte del médico son importantes siempre que se presente sangrado rectal o sangre en las heces. El sangrado también puede ser un síntoma de otras enfermedades digestivas, incluyendo el cáncer colorrectal. El médico examinará el ano y el recto para buscar vasos sanguíneos inflamados que indiquen hemorroides y también realizará un examen rectal digital con un dedo enguantado y lubricado para palpar anomalías. Una evaluación más detallada del recto para detectar hemorroides requiere un examen con un anoscopio, un tubo hueco e iluminado útil para ver hemorroides internas, o un proctoscopio, útil para examinar más completamente todo el recto. Para descartar otras causas de sangrado gastrointestinal, el médico puede examinar el recto y el colon inferior (sigmoides) con sigmoidoscopia o todo el colon con colonoscopia. La sigmoidoscopia y la colonoscopia son procedimientos de diagnóstico que también implican el uso de tubos flexibles e iluminados que se insertan a través del recto.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento médico de las hemorroides se centra inicialmente en aliviar los síntomas. Las medidas para reducirlos incluyen: baños en tina con agua tibia varias veces al día durante unos 10 minutos; y la aplicación de una crema o supositorio hemorroidal en la zona afectada durante un tiempo limitado. Para prevenir la reaparición de las hemorroides, es necesario aliviar la presión y el esfuerzo causados por el estreñimiento. Los médicos suelen recomendar aumentar la ingesta de fibra y líquidos. Consumir la cantidad adecuada de fibra y beber de seis a ocho vasos de líquido (no alcohol) produce heces más blandas y voluminosas. Unas heces más blandas facilitan la evacuación intestinal y disminuyen la presión sobre las hemorroides causada por el esfuerzo. Eliminar el esfuerzo también ayuda a prevenir que las hemorroides protruyan. Las frutas, las verduras y los cereales integrales son buenas fuentes de fibra. Además, los médicos pueden sugerir un ablandador fecal o un suplemento de fibra como el psyllium o la metilcelulosa. En algunos casos, las hemorroides deben tratarse mediante endoscopia o cirugía. Estos métodos se utilizan para encoger y destruir el tejido hemorroidal.
¿Cómo se previenen las hemorroides?
La mejor manera de prevenir las hemorroides es mantener las heces blandas para que pasen con facilidad, disminuyendo así la presión, y evacuar sin esfuerzo excesivo lo antes posible después de sentir la necesidad. Hacer ejercicio, como caminar, y llevar una dieta rica en fibra ayuda a reducir el estreñimiento y el esfuerzo, ya que produce heces más blandas y fáciles de evacuar.
Hora de publicación: 17 de noviembre de 2022